Necesidad de aprobación
La persona con necesidad de aprobación mide su autoestima en función de lo que los demás piensan o dicen de ella.
En lugar de construir su autoconcepto a partir de criterios personales, intenta hacerlo a partir de los comentarios, opiniones, críticas y actitudes que otra gente mantiene hacia ella.
Se comporta como si fuera un espejo sin imagen propia. Absorbe tantas opiniones distintas que acaba pareciendo un reflejo distorsionado, la superposición infinita de imágenes diferentes.
La ansiedad es tu fiel compañera de viaje
Su necesidad de aprobación le sume en un estado de ansiedad perpetua. Constantemente está preocupado por los demás, por lo que piensan de ti, por lo que van a decir si hace esto o aquello, por agradar a todo el mundo (algo del todo imposible, es bueno que vaya haciéndose a la idea), por satisfacer a los demás, por no hacer cosas que puedan molestar u ofender a otra gente.
¡Es una locura! ¿Se da cuenta? Vive para los demás. Lo que pueda pensar o sentir no cuenta, sus opiniones no cuentan, sus gustos no cuentan, sus necesidades no cuentan, el daño que pueden hacerle no cuenta.
¡Sólo cuentan los demás! Y mientras se desvive por la gente, el resto del mundo vive ajeno a usted.
La depresión acecha
Después de lo dicho apenas cabe agregar nada más. Ya puede imaginarse que su filosofía de vida volcada hacia los demás, le convierte en carne de cañón para la depresión.
Como es imposible que entre en las preferencias de todo el mundo, tarde o temprano le caerá encima una crítica, un desprecio, o un insulto.
En lugar de defenderse, se los creerá. Su necesidad de aprobación provoca que tenga una baja tolerancia a la frustración.
Mientras que a otra persona le importa poco que alguien le critique, le rechace o le desprecie, a ti te hace sentirse un ser indigno de estar vivo.

Nadie puede juzgarte
Esperar que los demás le aprueben es un juego absurdo. Sólo tú puedes aprobar tus acciones porque la opinión de los demás sólo tendrá efecto si tú te la crees, si la ratificas con su pensamiento.
Cualquier cosa que te digan, buena o mala es inocua si piensas ¿Es cierto o es falso?
Otra característica de las personas adictas a la aprobación es la creencia para pensar que los demás tienen derecho a juzgarle. Nadie tiene derecho a juzgarte.
Diría más, no se trata tanto de un derecho como de una imposibilidad. Nadie puede juzgarte. Eres tú mismo el que te juzgas cuando aceptas los comentarios de la gente.
Cuando son incorrectas no pueden hacerte ningún daño puesto que se trata del error del otro y no del tuyo. ¡La paja está en el ojo del otro y no en el tuyo! Cuando son correctas tampoco pueden hacerte daño ya que son ciertas. Así pues, ¿dónde está el problema?
Conclusión
La necesidad de aprobación de los demás es un problema de autoestima muy importante, la persona deja de ser uno mismo siempre buscando la aprobación de los demás, ser aceptado por los demás, siempre midiendo sus palabras y sus actos para que los demás no piensen mal de él o ella o para que los demás estén contentos por cómo es él o ella.
Sé tú mismo/a. Aunque reconocemos que cuando hay un problema de autoestima es difícil ser uno mismo, no es tan sencillo, se requiere un trabajo terapéutico. El equipo de INVESTE dispone de ambos profesionales para el tratamiento de este tipo de problemáticas. No dudes en ponerte en contacto con nosotros si te sientes identificado o tienes un familiar o conocido con este problema.