Normas y límites en la infancia
Las normas y los limites en la infancia son necesarios para los niños ya que cuando no los tienen están muy perdidos, en muchas ocasiones no saben que es lo que tienen que hacer ni que es lo que se espera de ellos y tampoco saben que camino tienen que elegir.
Hoy en día, las largas jornadas laborales de muchos padres hacen que éstos se sientan culpables por pasar poco tiempo con sus hijos, por lo que muchos de ellos intentan compensarlo dando a sus hijos todo lo que piden, sin darse cuenta de que esto no les va a beneficiar en nada ni a los hijos ni a los padres.
Por lo tanto, los niños tienen que aprender a ganarse las cosas y no es necesario que trabajen o que asuman tareas desproporcionadas para su edad, sino simplemente que cumplan las normas y límites establecidos.
LAS NORMAS DEBEN SER:
- Muy claras
- Muy concisas
- Adecuadas a la edad del niño
Si ponemos en práctica estas tres características de cómo deben ser las normas, los niños además de valorar más las normas cuando se las ganan, aprenderán también el sentido del esfuerzo y de la responsabilidad y aprenderán a tolerar la frustración.
Pues educando en las normas y límites, conseguiremos que los hijos sean más autónomos, más seguros y sobre todo más felices.
Cuando los niños no aprenden que las cosas hay que ganárselas, que tienen que cumplir las normas establecidas, que junto con nuestros derechos van nuestras obligaciones, y que si no las cumplimos no podremos disfrutar de los privilegios (como ver la televisión, tiempo de ordenador, jugar a la tablet…), se pueden convertir en jóvenes y adultos insatisfechos e infelices porque no han aprendido a valorar lo que tienen.
Todo lo consideran como un derecho y cuando la sociedad les impone sus normas, pueden sentirse muy frustrados.

A TENER EN CUENTA:
- Los padres son siempre los responsables de la educación de los hijos y esto es algo que no se puede delegar.
- Determinadas cuestiones se pueden negociar, pero la norma y el límite deben estar muy claros. Los niños deben conocer tanto las normas y los límites como las consecuencias que tendrá cuando no las cumplan.
- Los padres siempre deben mantenerse firmes y seguros al respecto. Si hay gritos y/o discusiones fuertes por parte de los padres… se transmite enfado, desesperación e inseguridad, justo lo contrario de lo que necesitan los hijos en esos momentos.
- Aunque los niños sean muy perseverantes en conseguir lo que quieren, los padres nunca deben de ceder pensando que de esa forma la situación no va a ir a más, dado que va a suceder lo contrario, es decir, el niño entrará en una espiral de enfado y provocación en la que cada vez su conducta se reforzará y se portará peor.
- Las normas y los límites no anulan la personalidad del niño, sino que le ayudan a moldear su temperamento y conseguir el autocontrol necesario para vivir con éxito en la exigente sociedad de hoy día.