¿Qué son las parafilias?
Las parafilias se caracterizan por la presencia de repetidas e intensas fantasías sexuales de tipo excitatorio, de impulsos o comportamientos sexuales hacia: objetos (o animales), niños o personas no consentidoras o sufrimiento o humillación de uno mismo o de la pareja.
La persona experimenta cierto nivel de gratificación sexual ante estos estímulos considerados inusuales, llegando a convertirse en el foco principal del placer sexual.
Así, para que una conducta sexual sea considerada como una parafilia deben prolongarse en el tiempo y ser resistente e intenso a través de las situaciones, es decir, que se repita la conducta sexual al menos durante 6 meses aproximadamente.
Las parafilias tienen mayor incidencia en hombres que en mujeres. Además, en ocasiones suelen tener más de un tipo de parafilia. En muchas personas que presentan parafilias puede existir un trastorno de la personalidad (los más comunes son el trastorno narcisista y el trastorno antisocial).
El principal problema que presentan la mayoría de las parafilias es que no siempre se encuentran sujetas a la voluntad de la persona, pues la persona es incapaz de controlar el impulso sexual generándose gran malestar.
Además, existen algunas parafilias que son ilegales e infringen la ley y conllevan una multa, una detención policial llegando incluso a una condena y quedando registrada la persona como agresor sexual. Las parafilias más comunes con estas repercusiones son la pedofilia y el exhibicionismo.
¿Las parafilias son preferencias sexuales o una patología?
En muchos casos, las parafilias constituyen un estímulo sexual y las personas pueden tener intereses parafílicos pero no cumplen los criterios para un trastorno parafílico; en estos casos estas parafilias no interfieren de manera negativa en la vida de la persona ni en su funcionamiento.
Sin embargo, cuando la parafilia sí interfiere en la vida diaria y en el funcionamiento de la persona, si se puede llegar a convertir en un trastorno parafílico.
Los trastornos parafílicos son parafilias que causan angustia o problemas de funcionamiento en la persona afectada o que perjudican a otra persona. El malestar puede ser el resultado de las reacciones de la gente ante su comportamiento o del sentimiento de culpa por el hecho de hacer algo que resulta socialmente inaceptable.
Las personas con un trastorno parafílico pueden tener una alteración en la capacidad de sentir afecto y suelen perjudicar a las relaciones sexuales de una relación de pareja. Es decir, la pareja de una persona con un trastorno parafílico puede llegar a sentirse como un objeto o puede llegar a sentirse infravalorada, afectando a su autoestima.

Las parafilias más comunes son:
Exhibicionismo: Exposición de los propios genitales a una persona extraña.
Fetichismo: El uso de objetos no animados para lograr la excitación sexual.
Frotteurismo : El contacto y el roce con una persona en contra de su voluntad.
Masoquismo Sexual :Someterse voluntariamente a humillación y abuso sexual.
Pedofilia : Participación en actividades sexuales con niños prepúberes.
Sadismo Sexual :Perpetrar actos sexuales abusivos o humillantes para otra persona.
Travestismo: Vestirse con ropas del otro sexo.
Voyeurismo : Observar ocultamente a personas en actividades íntimas.
Zoofilia: Excitación por actuar como un animal (ladrar, llevar correa)
Cleptofilia: Excitación sexual por robar
¿Existe tratamiento para las parafilias y/o trastornos parafílicos?
Sí existe tratamiento psicológico y psicofarmacológico. Lo más habitual es empezar con psicoterapia y en ocasiones también ayudan los grupos de apoyo.
Cuando se diagnostica un trastorno parafílico y además se considera una parafilia ilegal, se inicia directamente un tratamiento farmacológico.
El equipo de INVESTE dispone de ambos profesionales para el tratamiento de las parafilias. No dudes en ponerte en contacto con nosotros si te sientes identificado o tienes un familiar o conocido con esta problemática.